Estos días




Está todo pensado, no hay Navidad si no miramos y analizamos lo vivido, si evitamos echar la vista atrás. 
Allá existía un lugar para querernos, para querernos a nosotros mismos, digo.
Nos empeñamos en coleccionar el espacio que recorre el minutero, pero muy pocas veces nos paramos a vivirlo, y ese es el lenguaje del tiempo. 
Cuando de repente la ceguera desaparece y te ves a ti, contigo, haciendo recuento de los momentos que te dejaron sin aliento, contando los brincos de tu pecho, sumando alegrías y puede que decepciones, y comprobando ante el espejo las arrugas nos dejo la risa infinita...Que las penas las dejamos para Enero. 
Menos mal que nos queda la Navidad para recordar las sonrisas regaladas, los días enteros en pijama, para romper todas las medias y abrazar a la media luna ilusionada. 
Menos mal que cuentas contigo, aunque solo lo recuentes cuando apunta un año nuevo.

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