De mí para mí



Soy tormento...
Tan solo el aliento
del momento
en el que me paré a salvar a los demás
y me olvidé de mi propio camino.

Soy los eslabones rotos
que quedan de la cadena
que cegaba mis ojos, rojos,
ardiendo pese al intento de las lágrimas
de apagar el incendio.

Navegar libre por los mares,
acabar en todos los bares
bebiéndome las palabras 
que salían de mi boca.

Y el corazón me pide otra copa,
pero busco la salida de emergencia
atónita a la indolencia y persistencia
del sentimiento,
haciendo de las suyas.

Y ahora busca, que no hay quien me frene...
Soy la fuerza que desconocía que tenía,
la reconstrucción de ruina,
la sonrisa fingida,
el futuro inadvertido que ataca de frente.
Competir con la gente para ver quién es el que mejor miente.

Al final va a ser verdad eso de que:
"Los abrazos recomponen hasta los trozos más rotos de corazón."

Y a base de palabras como sellos
y de besos de esos que curan a cualquiera,
abandoné al dolor en el bar de esa calle sin nombre,
dejé atrás la pena.

Ahora no hay piedra que me haga caer,
ni bala que atraviese mi pecho,
solo hay derecho
a quien me quiera.



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