Desde aquí arriba todos los problemas se ven pequeñitos.

Desde aquí arriba solo se escuchan los secretos del viento, el arrullo de las olas dormidas que lamen los pies de las rocas, que detienen el tiempo. 

Cuando estamos arriba no hay dudas, ningún problema es lo suficientemente aterrador para que no podamos hacerle frente, mirarlo de cara, a contracorriente.

Es entonces cuando nos damos cuenta de que somos los dueños de nuestros miedos, que solo nosotros podemos hacerlos desaparecer, y que es hora de vencer a todo lo que hemos dado por perdido.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ya no estás