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Como si de un calambre se tratara
la locura inunda mi cuerpo
y comienza una nueva política:
La dictadura del corazón.

Donde la sangre lleva flores

a un cerebro incomprendido
que tendrá que ser sometido
a las exigencias del amor.

Y con el paso del los daños, 

la felicidad se ha vuelto a arruinar.
Otra oportunidad fallida,
un engaño más.

El corazón se ha dado de baja

de su política fracasada,
donde el cerebro debió liderar.

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