
Siempre sonrío cuando algo va contigo, o vas conmigo. Y no
dejo de pensar en la casualidad de mi tropiezo, cuando obligaste a todo lo gris
a hacer las maletas y dejarme feliz.
Por montarte en mi montaña rusa, y llevarte
todos mis malos pensamientos. Porque siempre estás.
Y es que me has
acostumbrado a explotar en risas y has cuidado de mis meteduras de pata hasta
hacer de ellas beneficios.
Todo es bueno contigo, no te vayas nunca.
Comentarios
Publicar un comentario