Necesitamos otro beso que salde las d(e)udas,
un  rastro de carmín en el cuello
que borre el rostro malhumorado.

Un beso que selle nuestros aciertos,
que haga de nuestros labios
un precipicio de amor o muerte,
la confianza cuando te apoyas en mi frente
justo antes de irte.

Un beso de seguridad, 
de esos entre risa y sonrisa
que saben a verano,
vernos de la mano,
con beso o sin beso,
pero juntos.



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